“Sentí que no valía para nada.
Mi trabajo me estaba hundiendo cada vez más, no acertaba, me equivocaba
continuamente, recibía críticas…
y yo sentía
miedo por perder lo único que tenía. No tenía ni un euro. Estaba solo,
todos mis amigos se habían establecido en la vida. Trabajaban, se habían
casado, estaban felices
y encontraban un sentido a sus vidas… yo, no.
Tiré la toalla que protegía mis sueños y
caí en un túnel
oscuro…
No tenía a nadie a mi lado
y no había hecho otra cosa que embarcarme en relaciones avocadas siempre al
fracaso. Ya no creía ni en mi ni en los demás.
Me sentía como un barco a la deriva que había perdido el rumbo y que ni si
quiera ya tenía ganas, ni ilusión por encontrar la brújula que me llevara de
nuevo a ver el horizonte.
No le encontraba ningún sentido a
la vida o posiblemente a mi existencia.
Y pensaba, que ojalá pudiera desaparecer fácilmente de este mundo que no me
daba más que quebrantos
y problemas. En cualquier caso, ¿quién me echaría de menos?, ¿qué sentido tenía
vivir cada día igual que el anterior sin el más mínimo resquicio de que esa
situación cambiaría?
Tiré la toalla que protegía mis sueños y caí en un túnel oscuro…
Nunca tendría dinero para viajar, una de mis
grandes ilusiones, ni siquiera para vivir dignamente. Mi trabajo no me lo
permitía. Nunca recordaría a nadie que me amó, ni que viví una historia de amor
como lo hicieron el resto de mis amigos cuando eran jóvenes como yo. Una
historia que a pesar de del paso de los años y de las diferencias, los sigue
uniendo.
No supe manejar mi propia vida, me
equivoqué demasiado y tampoco me sentía una persona especial ni para mi mismo,
ni para los demás. Yo no me quería y tampoco sentía el cariño
de nadie.
La vida me resultaba tremendamente
aburrida, monótona. Cuando salía de esa absurda monotonía era
tan solo para recibir una crítica en el trabajo o por los que me rodeaban, para
sufrir desengaños de mi trato con la gente… ¿Qué me estaba pasando?, ¿en
qué espiral de negatividad me estaba metiendo?“
Quizás en alguna ocasión o en este preciso
momento, te sientas así. Poco a poco la desgana se ha hecho tu fiel
compañera y te ha presentado a su amigo el derrotismo. De repente, te
ves inmerso en bucles de negatividad donde la luz ni siquiera se asoma.
Lo importante en estas situaciones es no quedarse
estancado durante mucho tiempo, pues un momento puede convertirse a largo plazo
en un hábito. Por ello, te contamos a continuación cómo afrontar estas
situaciones.
¿Cómo salir de esos temibles y peligrosos bucles de negatividad?
1. Observa su
trayectoria, pero no dejes que se instalen en tu pensamiento. De
acuerdo, te pasan por la cabeza, pero salúdalos y deja que pasen; no
permitas que se instalen. Y si es así, intenta dejar tu mente en blanco
y respirar profundo, poner música, hablar con alguien cercano de lo que te está
pasando en ese mismo momento por la cabeza…
Lo importante es no focalizar demasiado tu
atención en ellos.
2. Intenta solucionar
todo lo que esté en tu mano. Corrige tus errores sin martirizarte,
todos nos equivocanos. No seas tan duro contigo mismo.
Además, siempre puedes ver un error como
una oportunidad para avanzar. Por lo tanto, busca alternativas.
3. Acepta tu vida y no idealices la de
los demás. Por algo dicen que las comparaciones son odiosas. A todos
nos ocurren cosas buenas y malas.
Cada uno vive su vida de acuerdo a sus
experiencias y valores, aunque vivamos la misma situación para cada uno
de nosotros tendrá un significado distinto.
4. No te encierres en ti
mismo. Habla con quien bien te conoce. Rodéate de personas que
te quieren y busca su cariño. No estás solo aunque lo creas.
Recuérdalo siempre. Hay personas que aparecerán en tu vida que ni te imaginabas
y que vendrán para ofrecerte todo en lo que habías dejado de creer.
5. No pienses que tu
vida siempre es igual. La vida nos cambia a todos en un momento dado,
tanto para lo bueno como para lo malo. Hoy estás abajo, se te han acumulado un
montón de momentos malos que te han absorbido… pero mañana puedes estar arriba.
Acepta la noria de la vida.
6.Empieza a aprender con
inteligencia emocional. Hazlo como un propósito que te va a ayudar de
verdad. Lee artículos sobre autoayuda o libros. Si tú quieres de
verdad, puedes empezar a ver las cosas de otra manera con un poquito
de ayuda. Deja que tu mente se abra a nuevas formas de pensar y ver la
vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario